Robin Hood en la Segunda Guerra Mundial

08.05.2021

Si está leyendo estas líneas, es muy probable que conozca la figura de Robin Hood, el legendario arquero inglés del medioevo. No es tan probable, sin embargo, que haya oído hablar de otro sajón de grandeza - o demencia - comparable. Me estoy refiriendo a Jack Churchill, apodado Mad Jack ("Jack el loco"). A él se le atribuye la frase «un oficial que entra en combate sin su espada no está pertrechado de forma apropiada». Pero, ¿quién es este peculiar personaje?

El teniente coronel John Malcolm Thorpe Fleming, más conocido como «Jack» Churchill, nació el 16 de septiembre de 1906 en Colombo (en la actual Sri Lanka, que aún era la Ceilán británica). Su padre, Alec Fleming Churchill, había sido destinado allí como ingeniero de distrito del Ceylon Civil Service. Tras su nacimiento, la familia regresó a su lugar de origen: el condado de Surrey, en el sudeste de Inglaterra. Poco tiempo después, no obstante (en 1910), se trasladaron a Hong Kong, donde su padre ejerció de director de obras públicas y llegó a formar parte del Consejo Ejecutivo de la región administrativa. Ya en 1917, cuando todavía no había finalizado la Gran Guerra, la familia volvió a Inglaterra. Así, con poco más de diez años, nuestro protagonista ya había recorrido medio mundo y había experimentado múltiples aventuras.

Jack cursó sus estudios en el King William's College, y se graduó como oficial del ejército británico en la Royal Military Academy de Sandhurst en el año 1926. Nada más licenciarse fue destinado al regimiento de infantería de línea de Manchester en Birmania, donde combatió a los movimientos anticoloniales. Conviene mencionar que en la ciudad de Pyin Oo Lwin coincidió con un regimiento escocés y comenzó a desarrollar una notable afición por las gaitas.

En el año 1936, tras diez años de servicio activo, Jack se retiró del ejército para dedicarse a materias diversas. En primer lugar, fue corresponsal de prensa y editor de un periódico en Nairobi. También dedicó parte de su tiempo a perfeccionar su destreza con la gaita - participó en conciertos militares tocando este instrumento - y con el arco - intervino en el campeonato mundial de tiro con arco al aire libre de 1939 en Oslo -. Además, trabajó como modelo y colaboró como actor extra en algunas películas (por ejemplo, Un yankee en Oxford, de 1938).

Con todo, no hemos llegado todavía a lo realmente interesante. Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial tras la fulminante invasión de Polonia en 1939 por parte de la Wehrmacht, Churchill (nuestro Jack Churchill, para evitar confusiones), quien tenía entonces 33 años, volvió a alistarse en el ejército y fue enviado a Francia como parte de la British Expeditionary Force. Jack, no obstante, no acudía al combate como el resto de sus compañeros. Por contra, comenzó a ganarse su apodo de "loco" al pasearse por el frente, en plena guerra moderna, pertrechado con un arco largo inglés, una claymore (una espada escocesa) y una gaita con la que solía tocar canciones patrióticas. Se cuenta que en una ocasión tendieron una emboscada a una patrulla alemana y abatió a un enemigo lanzando una flecha letal con su arco, al más puro estilo Robin Hood. Sin embargo, es poco probable que eso fuera así, puesto que no existen evidencias que lo acrediten. Lo que sí parece cierto, dados los testimonios de sus subordinados, es que dio la señal de ataque dando un grito terrible mientras alzaba con ímpetu su característica espada medieval.

Después de combatir en el frente francés, participó en la batalla de Dunkerque (1940) y se presentó voluntario para formar parte de los British Commandos. El curso de entrenamiento tuvo lugar en Escocia. Allí conoció a Rosamund Margaret Denny, con la que se casó en 1941. Tras ser admitido en esta unidad de élite, Churchill fue uno de los mandos responsables de una operación de asalto contra un destacamento alemán en Vågsøy, Noruega. De esta acción en particular se cuenta que Jack estaba interpretando la marcha militar March of the Cameron Men con su gaita mientras se aproximaba al enemigo. Al finalizar la pieza, lanzó una granada y cargó contra los alemanes. Sea como fuere, por sus méritos en esta campaña fue condecorado con la Cruz Militar.

En julio de 1943 Jack fue trasladado a Italia, donde le fue encomendada la misión de capturar un puesto de observación alemán situado en las afueras del pueblo Vietri sul Mare. Este puesto controlaba un importante paso que conducía a la cercana playa de Salerno. En este contexto, nuestro protagonista - armado, por supuesto, con su espada y su arco - y sus hombres se infiltraron en el pueblo y cumplieron su objetivo, tomando como prisioneros a 42 soldados alemanes. Esta acción le valió la Orden del Servicio Distinguido (DSO). Un año después (en 1944), en el marco de las operaciones aliadas en Yugoslavia, su comando fue destinado a la isla de Vis (en la actual Croacia), donde prestó apoyo a los partisanos del lugar y en el mes de junio llevó a cabo un asalto sobre la isla de Brač, ocupada por las fuerzas alemanas. La operación, por desgracia, salió mal y Jack fue capturado. Más tarde fue interrogado en Berlín, al parecer, porque los nazis creyeron que tenía alguna relación con el Primer Ministro británico, Winston Churchill. Tras su interrogatorio, fue llevado al campo de concentración de Sachsenhausen, en Oranienburg.

Tardaría poco tiempo en fugarse junto a otro cautivo, que desapareció durante la evasión. Sin embargo, Jack fue interceptado por una patrulla germana cuando ya se encontraba próximo a la costa del Báltico. Puesto que se acercaba el fin de la guerra y las fuerzas del Eje habían iniciado una progresiva retirada, los alemanes lo enviaron a un campo de prisioneros improvisado en una localidad austriaca, vigilado por miembros de las Schutzstaffel (SS). En abril de 1945, durante un traslado, Jack aprovecharía de nuevo la ocasión para escapar, fugándose en las inmediaciones del paso del Brennero, en la frontera entre Austria e Italia. Desde allí marchó hasta Verona, donde se unió a los componentes de un convoy americano que en esos momentos se había instalado en la ciudad. Y después de todo ello, aunque parezca increíble, el infatigable Jack aún tenía la intención de seguir combatiendo. 

De este modo, volvió a ser enviado a Birmania, donde las tropas aliadas estaban llevando a cabo operaciones de ofensiva contra los japoneses. Sin embargo, Churchill no tuvo tiempo de llegar a su destino, pues en agosto de ese año Hiroshima y Nagasaki fueron brutalmente bombardeadas y Japón formalizó su rendición con fulminante prontitud. Pero el fin de la contienda no iba a detener la frenética actividad de nuestro personaje, ni mucho menos. Cuando terminó la guerra, Jack realizó el curso de paracaidismo y fue enviado al entonces Mandato británico de Palestina, donde trabajó como instructor y lideró un batallón de las fuerzas paracaidistas durante trece largos años. Finalmente, Jack Churchill se retiró del ejército de manera definitiva en el año 1959 y disfrutó de una vida tranquila en Inglaterra hasta su fallecimiento, el 8 de marzo de 1996, en Surrey. 

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Si ha llegado hasta aquí, querido lector, tengo que decir que le debo una disculpa. Una disculpa, sí, por el empleo de un título capcioso. No obstante, sabiendo todo lo que ha leído hace unos minutos, no es tan descabellado afirmar que Robin Hood luchó en la Segunda Guerra Mundial, ¿verdad?

SANTIAGO MÉNDEZ-MONASTERIO SILVELA