La educación y el Estado: un debate desde la Economía Política (II)

04/06/2021

Contrarréplica (a la réplica de Antonio Fragua Dols)

Parto de varias premisas:

La desigualdad es un hecho insalvable. La desigualdad de oportunidades, en concreto, es inevitable al 100%. Lo que no quita para que haya que intentar buscar el mejor sistema de organización social para que aquellos que no tengan a su alcance la oportunidad para satisfacer derechos básicos puedan conseguirlo.

Aquí aparecen, al menos, estos puntos de discusión:

  • 1º. La escolarización (que no es necesariamente igual a "educación"), ¿es un derecho básico? ¿Cuánto? ¿Hasta qué nivel?
  • 2º. La desigualdad de resultados no es necesariamente injusta. Por ejemplo, últimamente ha habido debate porque el Ayuntamiento de Torrejón ha hecho pruebas de Covid a toda su población, y otros alcaldes decían que es injusto: "¡no puede haber municipios de primera y otros de segunda!, "o todos o ninguno", eran más o menos los argumentos. Ese tipo de argumentario de "si él lo tiene yo tengo derecho a tenerlo" está muy metido - creo - en la opinión pública y me parece erróneo.
  • 3º. La "igualdad de oportunidades" o el facilitar oportunidades a quien no las tiene (si es que ese concepto de igualdad de oportunidades te sirve), ¿a oportunidades de qué se refiere?

Respecto a este clamor generalizado de "todos tenemos derecho a todo y de lo mejor" simplemente por el hecho de que algunos lo tienen, siempre me ha llevado a pensar que, dado que la desigualdad es un hecho, tiene que ser verdad que la vida feliz, la vida plena y el desarrollo personal tienen que estar más allá de si estudio la carrera en Berkeley o en la Nebrija. Pero eso es otro tema...

El ideal es conseguir un sistema que haga que todos mejoremos lo más posible, no que todos nos igualemos. Además, mi convicción es que el que ya está muy bien puede mejorar, pero cuando un sistema facilita la mejora de todos, hace que, sobre todo, mejoren los que estaban peor. Por eso, por ejemplo, los índices de pobreza se han reducido muchísimo más rápido en las últimas décadas de lo que haya podido mejorar cualquier otro índice de progreso y desarrollo.

Es importante discutir qué sistema es menos malo, si uno de libertad para los ciudadanos o uno centralizadamente gobernado por el Estado. Ambos no son perfectos, pero el hecho de que uno sea menos imperfecto que otro es esencial. Y eso partiendo de la base de que el Estado es subsidiario; es decir, aunque el sistema de iniciativa social fuera más imperfecto creo que eso no sería razón suficiente para que el Estado se encargara. A mi juicio, el Estado es subsidiario, pero lo es solo para aquello que sea un derecho básico. Por ejemplo, no creo que el Estado se deba encargar de que veamos fútbol gratis si ninguna cadena lo emite, o wifi gratis o cosas por el estilo.

La iniciativa social y la actividad emprendedora de los ciudadanos es incomparablemente más eficaz que la de los gobernantes. La capacidad del empresario de detectar las preferencias de los ciudadanos, innovar, crear nuevos servicios, atender a tus necesidades... y todo con una combinación imbatible de precio y calidad es imposible de igualar por un ministro o una Consejería de Educación. Imposible. En este sentido, la libre competencia entre empresarios da más servicios, de más calidad y a mejor precio para todos. Piensa en el caso de Decathlon, que hizo que deportes de lujo como el golf o el esquí, sean mucho más asequibles para todos. O Ikea, que permitió tener muebles baratos, de calidad aceptable y en una increíble variedad, a todo el mundo. O la revolución de precios de los vuelos, cuando se liberalizó el mercado de las aerolíneas; o de la telefonía móvil, cuando se liberalizó. Por poner un ejemplo de educación: la calidad de la enseñanza española es "vulgar". Sin embargo, en el "trozo" del sistema educativo en que se permite libertad (me refiero en concreto a los máster en dirección de empresas) resulta que España tiene varias escuelas de negocios en los puestos más altos de los ranking internacionales (algo que no creo que ocurra en ningún otro sector español). Si eso es así, si ese sistema da más por menos para todos, y si el Estado es subsidiario, ¿no debería ser la primera opción, y más aún en Educación, que es algo tan importante?

En cuanto a la educación, por concretar un poco más, está muy extendida la idea de que es esencial su papel de "ascensor social", o sea, que las personas de nivel socioeconómico más bajo puedan ascender socialmente. Los marxistas dicen que los "ricos" dan mejor enseñanza a sus hijos porque tienen más medios económicos, más conocimientos para escoger colegio, etc., y, además, sus hijos dan por sentado hacer una carrera universitaria. Los pobres no tienen esos medios, ni esos conocimientos ni esas expectativas. 

(Y lo de las expectativas y el entorno familiar es clave: si en tu familia todos tienen carrera no se te ocurre otra cosa; si tu padre tiene un cargo alto empresarial tu conoces ese mundillo y te planteas cómo llegar allí; si tu madre limpia casas y tu padre es gasolinero quizá nunca tengas el objetivo de hacer un MBA, para empezar porque no te interese, o ni siquiera sepas qué es). Por eso, dicen, la libertad de elección favorece a los ricos, que terminarán juntando a sus hijos en colegios buenos que les harán perpetuarse en su buena posición, mientras los pobres se perpetúan en la suya. O sea, que la educación, en lugar de ser un ascensor social es un perpetuador de diferencias. Conclusión: hay que prohibir la libertad de elección y juntar a todos en colegios iguales. Una consecuencia es el sistema de "zonificación": el niño termina yendo al colegio/instituto más cercano y se junta con quien le toque (curiosamente, lo que se consigue es lo contrario: impedir la mezcla, y que las personas de zonas y "clases sociales" homogéneas, queden atadas a esas zonas y ese tipo de personas).

El análisis es interesante, porque es un hecho que los hijos de personas de nivel educativo más alto suelen alcanzar niveles educativos más altos (y, volviendo a lo de antes, esto es sencillamente inevitable). Pero creo que ese tipo de análisis está viciado por la propia visión marxista: clases sociales claramente separadas, enfrentadas, y en las que unos prosperan a costa de otros. No es verdad, especialmente lo último.

Y vuelvo a lo de antes: el que puede escapar de la educación estatal (de pobre calidad y de ideario impuesto por el poder) siempre lo va a hacer. El mejor ejemplo es nuestro actual sistema educativo: los "ricos" sí que pueden escoger colegio. Los "pobres" o no informados llevan a sus hijos a colegios mediocres que, además, son muchísimo más caros. Todo eso, claro, pisoteando un derecho básico: el de los padres.

Por seguir con nuestro sistema educativo, ese ideal de "café del Gobierno para todos" lleva, como ya he dicho, a que la enseñanza en general sea mucho más cara y el nivel mucho más bajo, y, cuanto más nos acercamos a niveles educativos más altos, en que su importancia (la de los estudios que hagas) es mayor para destacar y conseguir un mejor puesto de trabajo, el sistema se vuelve contra sí mismo. Como sociedad, hemos despilfarrado dinero a espuertas en busca de un supuesto derecho a estudiar lo que uno quiera hasta los 22 años. 

Y, al final, quien destaca es aquel que puede/quiere estar hasta los 22 ó 23 años estudiando, o quien quiere/puede gastarse una fortuna en una universidad más cara, o en un posgrado, para que su currículum no sea como el de todos y pueda conseguir ese puesto de trabajo.

Como ven, el tema es muy interesante y con infinidad de matices. Desde mi punto de vista, la cuestión es: ¿qué queremos: un sistema flexible, innovador, en que poder escoger, que intenta siempre mejorar, con una rica variedad de opciones? ¿U otro monolítico, más caro, de menor calidad, en que sólo el que más tiene puede elegir?

Un último matiz: por supuesto, a aquellos que no puedan cubrir su derecho básico a educar a sus hijos habrá que ayudarles, por ejemplo, con un sistema de cheque escolar. Pero ayudarles a que puedan escoger; nunca darles la enseñanza que el que ostenta el poder decida.

PABLO MÉNDEZ POLO