Con la muerte en los talones: puro entretenimiento del bueno
Si es usted aficionado al cine clásico - es decir, al buen cine - no hay duda de que disfrutará viendo Con la muerte en los talones (North by Northwest), el largometraje dirigido por Alfred Hitchcock y estrenado en la gran pantalla en el año 1959.
Espías, misiones secretas, asesinatos, persecuciones en avión, huidas improvisadas en tren, tiroteo en el monte Rushmore... El filme contiene todos los elementos necesarios para garantizar la constante atención del espectador, logrando un maravilloso contrapunto entre la tensión de la trama y el humor de sus protagonistas. Hablamos, por tanto, de un guion que combina thriller y comedia, acción trepidante y sonoras carcajadas. Y todo ello dentro de la elegante y cuidada estética que caracteriza a las películas de Hitchcock.

La historia comienza con la presentación de Roger O. Thornhill, un publicista al que unos espías confunden con un agente al servicio del gobierno, un tal George Kaplan. A partir de ahí todo son enredos, cada cual más intrincado. El papel de Thornill es interpretado por un hilarante Cary Grant, quien con su estilo envidiable y su humor desenfadado cautiva al espectador desde el primer momento, sin ninguna dificultad. Son destacables la secuencia en la que se encuentra borracho como una cuba, y la de la subasta en el hotel, la cual resulta, sin duda, desternillante. Además, la confusión inicial es compensada por increíbles escenas de acción y suspense, como por ejemplo, los siete u ocho minutos sin diálogos en los que el piloto de una avioneta le pisa los talones (nunca mejor dicho) en sucesivas ocasiones al protagonista, tratando de asesinarlo.
En su precipitada fuga, Thornill conoce a la misteriosa y seductora Eve Kendall (Eva Marie Saint), que se convertirá - cómo no - en la culpable de la mayor parte de accidentes y peripecias del resto del film. El principal villano, el espía Phillip Vandamm (James Mason), y sus secuaces serán quienes persigan sin descanso al protagonista en un emocionante viaje a lo largo y ancho de buena parte de la geografía norteamericana (de ahí el título original en inglés).

Y todo esto sucede, como hemos dicho al principio, en un ambiente de exquisita elegancia y estilo que se manifiesta, no solo en los trajes y vestidos, sino también en los coches, los edificios, los paisajes naturales... hasta en el detalle más insignificante (para que luego digan que lo más importante en una película es la trama).
Con la muerte en los talones es, en fin, una suma de tres importantísimos factores - la tensión, el humor y la elegancia - que hacen del largometraje una pieza de puro entretenimiento del bueno.